Somos un pueblo asesinado en el s. XVIII

El "escritor, antropólogo y sociólogo" Joan Francesc Mira, profesor de la Universidad Jaume I, de Castellón, habló ayer en la Universidad Catalana de Verano, en Pradas (Francia), y sentenció que el pueblo valenciano fue asesinado como entidad política y dejó de existir, como consecuencia de la Batalla de Almansa y la entrada en vigor del Decreto de Nueva Planta, de 29 de junio de 1707, por el que se abolía los Fueros y privilegios del Reyno de Valencia.

El ilustre pensador -por cierto al que atribuía, por error, ayer el comisariado de una exposición en El Almudín, que era de otro Mira, mis disculpas- afirmó en su intervención que "un hecho así no tiene precedentes en Europa. Una cosa tan bestia no había pasado nunca. Es una monstruosidad y aún hoy la estamos sufriendo".

Imagino que el hombre se emocionó ante tan entregado auditorio y se le fue la lengua, porque en la historia cosas más horribles han pasado y a su lado lo del Decreto de marras es una tontería.
A pesar de la 'Desfeta de Almansa' y del rey Borbón, el siglo XVIII fue uno de los más interesantes de la Historia del Reino de Valencia, tanto en lo cultural, como en lo social, político y lo económico. Junto con el XV, el XVIII es un siglo para poner en los altares.
Miren si no los grandes monumentos dieciochescos existentes en nuestro suelo patrio o analicen la revolución industrial impulsada por los tornos hidráulicos y la propia producción de seda.

Y a pesar de la castellanización a la que fue sometido el pueblo, éste tuvo el coraje suficiente para seguir hablando y manteniendo viva su genuina y auténtica Lengua Valenciana, sin Consellerias ni Universidades.

Es ahora cuando se está asesinando de verdad al pueblo valenciano, sometiéndolo a un fuerte proceso de catalanización a través de los centros escolares y de las televisiones catalanizadoras, así como de las políticas cobardes entreguistas en materia de valencianía.

Una política a la que no le importa para nada que Izquierda Republicana de Cataluña mantenga en su proyecto de Estatuto, preámbulo y artículo 44, sus pretensiones imperialistas, disimuladas y disfrazadas bajo el eufemismo de Euroregión Catalana, antiguos países catalanes, con una llamada a la consecución de los "territorios catalanes" agrupados a escala europea.

Esas pretensiones de unos y cesiones de otros sí que podemos calificarlo de "genocidio" político, "asesinato" del pueblo valenciano, bestialidad y brutalidad total, especialmente en materia lingüística. Están degollando la Lengua Valenciana, la que el pueblo valenciano, a pelo y con gran dignidad, salvó de la "monstruosidad" de la Batalla de Almansa y el Decreto de Nueva Planta.